Sin embargo el fin de semana pasado fue muy bien aprovechado. El sábado salí a comer con mis amigos a un Wok, pero comí con cubiertos y, obviamente, fui incapaz de probar todo lo que había allí, así que me quedan aún dos tareas por hacer. Muy difíciles, para variar. Luego fui a la Sala Galileo Galilei a ver como mi chico hacía magia de cerca y más adelante fui testigo de la elegante magia de Manu Vera y de la graciosísima magia de Kaito en un precioso espectáculo de magia infantil. Para ir a todo esto decidí hacerme un peinado chachi que nunca me había hecho y así cumplía la tarea 39.
Y me moló tanto que no he parado... |
El último peinado me gustó mucho, y también se puede hacer en un moño lateral bajo, que ya me haré para otra ocasión.
El domingo, mi chico me trajo el desayuno a la cama, muy rico y muy sencillo, y me vino estupendamente para tachar otra tarea del cuaderno. Pero vamos, no me importaría repetir, ehhh!
Más tarde, el mismo día, fuimos al teatro Quevedo a ver un impresionante espectáculo de mentalismo de Anthony Blake. Me quedé sorprendidísima, desde luego se lo recomiendo a todo el mundo.
No es que sea enana, que lo soy un poco, pero es que el maestro Blake y el mago Alcázar son muy altos. |
Si, sí. Es inevitable leer la 19. Ya estoy empezando a creer que Timón quiere que me haga daño. |
Y para despedirme os dejo el vídeo del experimento, humillante pero muy gracioso. Hasta la próxima entrada.